domingo, 12 de diciembre de 2010

Causas de exclusión





  • Existen varios colectivos marginados o en riesgo de excusión social, cuya situación sólo cambia cuando reciben la ayuda de los demás. Son personas que, por diferentes motivos, forman parte de unas redes sociales muy frágiles, al margen de las convencionales, y que requieren una intervención profesional para salir de ellas. Menores, madres solteras, personas sin hogar o toxicómanos son algunos ejemplos. Con ellos trabaja desde 1984 la Asociación Proyecto Hombre. Su filosofía es "apoyar y respaldar a cualquier persona" para evitar que caiga en la marginación,según explica el director de comunicación, Lino Salas.


  • En el caso de las personas drogodependientes, la vinculación con la delincuencia y el consiguiente rechazo social les relegó hace 30 años a una exclusión que, sin embargo, en los últimos tiempos parece haberse disipado. Salas explica cómo esta marginación fue efecto del abuso de la heroína y del estigma social que esta práctica trajo tanto a los consumidores como a las propias familias. Asegura que hoy en día los cambios en los hábitos de consumo y la adicción a otras sustancias como el cannabis o la cocaína, "que la mayoría no identifica como una droga", han cambiado esta situación, pero recuerda que la ayuda para salir "de este mundo" siempre es necesaria.La vinculación con la delincuencia genera rechazo hacia quienes consumen heroína, aunque ya no se considera un estigma social.
  • Los centros de Proyecto Hombre atienden a un amplio abanico de drogodependientes, desde menores entre 12 y 14 años que comienzan a probar las drogas hasta personas mayores de 50 años que, a pesar de tener una vida estable, trabajo y familia, presentaron en su juventud un problema de consumo de sustancias estupefacientes que han transformado en abuso. En total, 17.000 drogodependientes pidieron ayuda en la asociación durante el pasado año y tomaron la decisión de iniciar un tratamiento. De ellos, una tercera parte abandonó el proceso de recuperación debido a la exigencia del mismo y a la impaciencia por obtener resultados a corto plazo. "Vienen buscando una solución instantánea, inmediata, casi mágica, pero alguien que ha consumido durante varios años no se cura en unos días", explica Salas. En otros casos, todo se resolvió con una llamada de teléfono por parte de los padres para preguntar acerca de la intervención con sus hijos.

1 comentario:

  1. me parece estupendo que existan este tipo de proyectos para ayudar a esas peronas que lo necesitan,MJ.

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